

A través del acuerdo de colaboración entre el Ayuntamiento de Calp y la Asociación Enamorados de Alicante – Proyecto Alicante Renace, se está desarrollando la restauración ecológica de un área de 10.000 m² dentro de Las Salinas de Calp, uno de los humedales protegidos más valiosos de la Comunitat Valenciana y un enclave esencial para la presencia de numerosas aves acuáticas y migratorias.
El proyecto tiene como objetivo recuperar, conservar y reforzar los valores ecológicos del humedal, garantizando la supervivencia de la vegetación autóctona, mejorando el hábitat de las aves y contribuyendo a la estabilidad ecológica de este espacio singular.
Las actuaciones se centran en dos líneas principales:
· El Ayuntamiento de Calp ejecuta la preparación inicial del terreno, el acondicionamiento del suelo y la instalación completa del riego sostenible mediante agua reciclada, además del mantenimiento continuo necesario para asegurar la viabilidad del proyecto y el uso eficiente de los recursos hídricos.
· Alicante Renace desarrolla acciones de restauración ecológica, como la plantación de especies halófilas y mediterráneas, la mejora de hábitats para la avifauna, labores silvícolas adaptadas al entorno y programas educativos y de sensibilización ambiental, acercando a la ciudadanía a la importancia de conservar este humedal protegido.
Esta intervención se integra en los principios de la economía circular, cumple los requisitos ambientales de la Conselleria de Medio Ambiente y contribuye directamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): ODS 6 (agua limpia), ODS 11 (ciudades sostenibles), ODS 13 (acción climática), ODS 14 (vida submarina), ODS 15 (ecosistemas terrestres) y ODS 17 (alianzas para lograr los objetivos).
Las Salinas de Calp constituyen un humedal de enorme valor ecológico, paisajístico y faunístico. Su relevancia se debe, entre otros factores, a la presencia de especies tan emblemáticas como el flamenco común, diversas ardeidas, limícolas y múltiples aves migratorias que encuentran en este ecosistema un punto de parada indispensable durante sus rutas a través del Mediterráneo.
A pesar de su protección, el humedal ha sufrido procesos de degradación, pérdida de vegetación natural y alteraciones en la estructura del suelo. Con el proyecto Alicante Renace y la colaboración activa del Ayuntamiento de Calp, se pretende restaurar los procesos ecológicos esenciales, mejorar la calidad del hábitat, favorecer el crecimiento de especies autóctonas y reforzar la biodiversidad propia del ecosistema salinero.
El área de actuación abarca zonas con vegetación halófila —como salicornias, limonium, tarays o carrizos— junto a sectores degradados donde se requiere una intervención ambiental planificada. Las labores conjuntas buscan acelerar la recuperación ecológica natural, aumentar la heterogeneidad de la vegetación y fortalecer la función del humedal como corredor biológico.
Este proyecto representa un compromiso sostenido en el tiempo con el patrimonio natural de Calp, su biodiversidad y su papel clave como espacio de adaptación al cambio climático.
El Ayuntamiento de Calp desempeña un papel esencial en la parte técnica del proyecto:
· realiza la preparación del terreno,
· lleva a cabo trabajos de acondicionamiento y gestión del suelo,
· instala y mantiene el sistema de riego sostenible con agua reciclada,
· efectúa labores de limpieza, seguimiento e intervención puntual en el entorno.
Por su parte, Alicante Renace desarrolla:
· actividades de restauración ecológica,
· plantación y refuerzo de vegetación autóctona,
· acciones silvícolas adaptadas al humedal,
· programas de educación, sensibilización y participación ciudadana,
· instalación de cartelería interpretativa y elementos pedagógicos.
La combinación del trabajo técnico del Ayuntamiento y la labor de campo, educativa y social de Alicante Renace garantiza la continuidad, el seguimiento y el éxito de esta restauración ecológica, consolidando Las Salinas de Calp como un referente en conservación activa y colaboración institucional.
Actuaciones
Área de Restauración
Desde la Delegación Especial de Cambio Climático, Medio Ambiente, Playas, Salubridad Pública, Urbanizaciones y Bienestar Animal, entendemos la resiliencia como el pilar fundamental sobre el que debe erigirse la planificación urbana y medioambiental del siglo XXI. La resiliencia no es solo la capacidad de volver a la normalidad tras un impacto, sino la habilidad proactiva de una ciudad para adaptarse, transformarse y prosperar ante las perturbaciones crecientes derivadas del cambio climático, desde olas de calor intensas hasta episodios de sequía o inundaciones.
Nuestra concejalía está profundamente imbricada en este concepto. Programas como «Alicante Renace» son un claro ejemplo de resiliencia ecológica al restaurar ecosistemas degradados, dotando a la ciudad de defensas naturales contra la erosión y la pérdida de biodiversidad. Pero la resiliencia va más allá: abarca la resiliencia social al fomentar la participación y la educación ambiental, creando una comunidad mejor informada y preparada para afrontar retos. También incluye la resiliencia hídrica, esencial en el clima mediterráneo, a través de una gestión eficiente del agua y el fomento de soluciones basadas en la naturaleza.
En esta línea, nuestro Ayuntamiento está impulsando proyectos que fortalecen activamente esta capacidad de adaptación. Hemos priorizado la infraestructura verde y azul—como la creación de corredores verdes y la recuperación de humedales urbanos—que actúan como esponjas naturales, mitigando las escorrentías e inundaciones en episodios de fuertes lluvias y ayudando a refrescar el ambiente en verano. La renaturalización de espacios y la plantación de especies autóctonas, con menor necesidad hídrica, son decisiones de planificación resiliente que aseguran la viabilidad de nuestros parques y jardines a largo plazo.
Mirando al futuro, los esfuerzos se centran en la implementación de medidas que consoliden a nuestra ciudad como un entorno plenamente adaptable. Destacan el desarrollo de un Plan de Resiliencia Climática Urbana que mapeará las vulnerabilidades específicas de cada barrio, la promoción de la movilidad sostenible para reducir la huella de carbono y la apuesta por la eficiencia energética en edificios públicos para disminuir la dependencia de fuentes externas. Además, estamos fortaleciendo los sistemas de alerta temprana y mejorando la gestión de nuestras playas para proteger el litoral de los efectos del aumento del nivel del mar.
La ciudad avanza hacia un modelo donde la naturaleza y el desarrollo actúan como aliados. Entendemos que invertir en resiliencia es invertir en la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. Desde esta Delegación, reafirmamos nuestro compromiso de construir una ciudad que no solo sobrevive a los desafíos, sino que los utiliza como catalizador para transformarse en un entorno más fuerte, más verde y más seguro para todos.

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